miércoles, 29 de diciembre de 2010

VOY A EXTRAÑARLO PORQUE ES JUSTO


Ok. Hasta acá este blog.

Así, de forma abrupta y premeditada. Porque terminó una etapa. En muchos sentidos. Porque ya no me siento identificado con esta forma de escribir. Van los millones de gracias a los que colaboraron en su metamorfosis. Desde todos los aspectos. Desde todos los ángulos.

Sería suficientemente cómodo autodestruir el registro, sus huellas, su retórica. Debo admitir que por momentos me dan ganas. Pero prefiero dejarlo flotando en la atmósfera virtual. Para relojearlo de vez en cuando, reírme, avergonzarme, volver a reír, volver a avergonzarme. No de lo que hice, sino de cómo lo hice.

Por otra parte, tampoco tengo ganas de resistir archivo alguno y considero ridículo –ahora y siempre- nadar en contra de la propia idiosincrasia. Pero por sobre todas, se mantiene en formol porque escribí como sentía. Y no hay nada más bonito que eso. Así que antes de que empiecen a pasar los créditos por la cara de este blog, los dejo con el flaco y una despedida un poco más arriba -de mis pretensiones- y mas abajo -de mis solemnidades-.

Eternamente: gracias!

El autor.

lunes, 1 de noviembre de 2010

EDICIÓN DELUXE ÁGUILAS HUMANAS

Sólo un mail de Cristian Alarcón anunciando una edición especial de crónicas en Águilas Humanas podría despavilar la espera.

Y llegó nomás.


Y a leer que se acaba el mundo.

Escriben:

Cristian Alarcón
Maru Ludueña
Martín Ale
Pato Serrano
Sebastián Hacher
Candelaria Schamun
Naimid Cirelli
Juan Tauil
Lucía Álvarez

lunes, 18 de octubre de 2010

BACHE


Lo sé: estoy colgadísimo.

Y me encanta.

viernes, 24 de septiembre de 2010

lunes, 13 de septiembre de 2010

OPCIÓN BACHILLERATO O EL FANTASMA DEL FRACASO ESCOLAR


A un costado de Barracas, sobre la calle Lafayette, pasando las rejas blancas, al final de las escaleras del patio principal, diez chicos gritan y corren. Son hijos de los alumnos de la escuela República de Haití. Juegan en los pasillos y cada tanto interrumpen las clases. Desafían las miradas de los profesores que se les clavan en los ojos, y las amenazas de los más grandes que les dicen que no jodan, que no es momento, que ya van a ver cuando lleguen a sus casas.

Todos los días pasadas las seis de la tarde la escuela cambia de piel y se transforma en el bachillerato popular de la villa 21-24. Las rejas se cierran y sólo se entra si la cara del que toca el timbre le es familiar al guardia de seguridad. Hay vasos de plástico llenos de yerba, cucharas de metal forradas de azúcar y silencios que celulares con reggaetón se encargan de romper, amparados en la excusa de que se espera un llamado importante.

Los primeros bachilleratos aparecieron por el año 2001 en fábricas recuperadas y de a poco se multiplicaron a las escuelas nocturnas. Hoy en Buenos Aires y el conurbano hay más de cuarenta, y tan sólo en el de la escuela República de Haití, alrededor de 150 apellidos llenan por día sus registros. A diferencia de las escuelas públicas y privadas, sus docentes no entran por concurso, ni tienen salario y financiamiento del Estado. Todo, incluso las tizas y fotocopias es bancado por los propios profesores.

Desde adolescentes de 18 hasta adultos de 50, se mezclan en los pasillos del bachi con el único fin de ser alguien, de estudiar para terminar el secundario y conseguir el trabajo que les permita parar la olla. La mayoría de los que están acá empezaron por el boca en boca dentro de la villa. Así llegó Lili cuando se decidió a terminar la secundaria.

- Por puras ganas de superarme, nomás.

Dice, y por el frío aplasta las manos entre sus piernas y el banco.

Liliana Salinas está por cumplir cuarenta años y hace dos que terminó el bachi. Le gusta tomar mate dulce, escuchar vallenato y usar el pelo suelto. Tiene un flequillo que le tapa la frente, ojos negros achinados y está sentada sobre un banco en una de las tantas aulas vacías, con la mirada fija en el pizarrón. Vista desde afuera parece hipnotizada pero sólo piensa en ese martes de junio de 1980, cuando ganó el concurso de trabalenguas de la escuela.

Se acuerda con detalles ese día porque fue uno de los más felices de su infancia. Como siempre, se peinó frente al espejo del botiquín del baño, mirando de reojo a su abuela. Se hizo las dos colitas bien altas, para que las trenzas le sobrepasaran la cabeza y todos vieran que los elásticos blancos combinaban con el guardapolvo reluciente. Después metió dentro del portafolio de cuero marrón, la cartuchera de madera que su abuelo le regaló y caminó por el pasillo de tierra entre la casa de material y la huerta, practicando los trabalenguas para adentro. Le quedó patente la forma torpe y lenta con que la maestra estiraba la mano por sobre uno de los pupitres para entregarle su premio: un sacapuntas y un lápiz. Todos la aplaudieron y ella sentada en el medio del aula, rió entre nerviosa y arrogante.

Lili olvidó todo lo que vino después. Le cuesta el detalle del día en que su madre golpeó la puerta de la casa de su abuela en González Catan y se la llevó a vivir junto a ella. Lo que sí sabe, es que antes de diciembre, dejó el colegio para dedicarse a cuidar a sus hermanitos y también el rancho del barrio Dorrego, por una casilla rodante en el “Arroyo Las Víboras”.

Con el tiempo se casó, tuvo hijos y volvió a postergar la secundaria para principios del 2007. El mismo año en que su hija Ana de dieciséis quedó embarazada y Lili se tomó un cóctel de antidepresivos y somníferos que la internaron en la clínica Dharma de Parque Patricios. Sintió que el fracaso se le venía encima otra vez. Siempre le dijo que primero terminara el secundario y después hiciera lo que se le cantara. Quería que Ana fuera alguien en la vida.

Para cuando las cosas se acomodaron, volvió a tomar mate dulce en la villa, a escuchar vallenato, perdonó la traición de Ana y su nieto se transformó en su debilidad. Lo que nunca se perdonó Lili, es haber perdido el año escolar del bachillerato.

- Porque lo más importante es terminar el secundario y después sí, hacer lo que a uno se le antoja.


La alumna 10

Cuando Sandra Borja pisó el suelo de la villa 21, nunca se imaginó que se quedaría a vivir. Tenía el secundario completo, estaba embarazada de su tercer hijo y su esposo la esperaba en el norte chico de Lima. Las cosas no andaban bien en el Perú y vio en Argentina más comodidades y expectativas de crecer. Llamó a Víctor para que se viniera, dejó de lado el título del secundario que hizo en la escuela Ventura Ccalamaqui de Barranca y se dedicó a sus hijos. Y de vez en cuando, confiesa, a leer el diccionario para aprenderse de memoria palabras que desconocía.

Lo hacía porque sentía que perdía el tiempo. Cuando por la villa escuchaba que la hija del vecino había terminado el secundario y se ponía a estudiar una carrera, ella se moría de envidia porque sabía que a su edad, podría ser otra cosa, tener un título bajo el brazo. Por eso se aferró a una muletilla: “Para estudiar no hay edad” y se prometió a sí misma volver al colegio, ser la mejor del aula.

En clase, Sandra levanta la mano seguido y opina sobre lo que se hable. Es de todas las alumnas la única que no toma mate. Tiene dos aros que no son del mismo par y hoy lleva puesta una remera azul que dice Machu Pichu. Está sentada de cara a cuatro compañeras que la escuchan con atención y siguen sus gestos como si vieran un partido de ping pong. La escuchan, en parte porque se hace dueña de la palabra y en parte, según ella, porque es la que más sabe de la clase y la que más rápido entiende las cosas.

Sandra se mete en el papel de líder, habla pausadamente, pone en caja a sus pares y cada tanto se da vuelta para dirigirle miradas amenazantes al grupo de compañeros que están a su izquierda y no paran de reírse. La saca que no escuchen al profesor.

- Es una falta total de respeto.

A Sandra cualquier interrupción de la clase le amerita un chistido, o en el peor de los casos, una mirada seria, penetrante. De esa forma miró a su hijo, cuando le dijo que su novia estaba embarazada y quería dejar el colegio para ponerse a trabajar. Ella estaba en su casa, la número 45 de la Manzana 28 bis de la villa 21, y ese día el mundo se le vino abajo. Siempre le dijo que se cuidara, que primero terminara el secundario y después hiciera su vida porque de lo contrario le iba a dar flojera. La misma flojera que tuvo ella cuando a su edad lo tuvo a él.


Opción Bachillerato

De lunes a viernes, gente adulta -y no tanto- llegan de sus trabajos con las caras cansadas y las mochilas sobre los hombros y se transforman en alumnos por tres horas. Para recibirse de Bachiller, cada uno de ellos debe pasar por tres años. Sandra está en 2°. Ahora no levanta la mano, ahora tiene la cabeza gacha y anota con una lapicera astillada por los nervios vaya a saber uno qué. Agarra una goma y se queja del ruido que viene desde la calle, donde pocas luces alumbran la vereda de la escuela y pibes con gorra charlan para matar el tiempo que llevan esperando a sus novias.

También está Lili, ya no como alumna y ni siquiera como egresada. Ahora es Secretaria del primer año y lleva bajo su brazo derecho el registro. Camina sacando pecho hasta que empuja la puerta del aula y sin pedir permiso entra. Se acomoda el flequillo, golpea la Bic contra un pupitre y dice “Acosta”.

- Presente.

Le responden. Y ella pone una P gigante al lado del apellido. Con Salcedo termina de pasar lista. Toma asiento, apoya la cabeza contra una de las paredes y entre grafittis de liquid paper y marcadores negros que juran amor eterno, se queja porque hoy son nueve los que faltaron.

- Primero hay que terminar el secundario y después hay que hacer lo que uno quiera.

Dice, justo en el momento exacto en que el timbre del primer recreo suena y se queda rebotando entre los pasillos hasta perderse en un eco.

viernes, 3 de septiembre de 2010

SAQUEN UNA HOJA


Hace un tiempo (dos meses) estuve compartiendo clases y días con profesores y alumnos del Bachillerato Popular de la Villa 21-24 en Barracas. Escribí una crónica, entrevisté alumnos y profesores, les invadí las horas, el aula y encima llevé a Daniel De Saa para que sacara algunas fotos. Dejo a continuación las que más me gustaron y los agradecimientos correspondientes a los involucrados por abrirme de par en par las puertas de la escuela República de Haití.





sábado, 28 de agosto de 2010

TWO YEARS OLD


Este blog cumple dos años. Una edad para nada fácil si se tiene en cuenta que está empezando a dar sus primeros pasos y hay que andar detrás de él para ver qué hace. Decirle que eso no se toca, que todavía es chico. En fin, you know.

No me quejo. Peor va a ser cuando me pregunte por cosas más existenciales. Por ejemplo cómo venímos al mundo.

La del repollo no me la va a creer.

Nota: La foto no tiene nada que ver con el ley motive del asunto pero cuando se cumplen años no se dan explicaciones. Se corteja al cumpleañero y punto.

La tienen adentro.

Pero los quiero. Y les estoy eternamente agradecido.

Quién escribe y suscribe.

domingo, 22 de agosto de 2010

OIDO ABSOLUTO

"El final tiene que ser como un sonido"


Taller "La imaginación de lo común"
En el living de su derpa, miércoles 31 de marzo 2010

lunes, 16 de agosto de 2010

LOS NIÑOS NO SANGRAN


A orillas del río Huayna Mayu tres niños juegan. Corren descalzos persiguiéndose entre ellos. A veces a uno, a veces a otro. Gritan, se ríen y cada tanto, pronuncian palabras en quechua. Frases cortas, latiguillos que -supongo- deben ser fundamentales para orientar el juego. El pez muerto pasa de mano en mano y -ahora advierto- que quien lo posee, es el encargado de perseguir a los demás.

Es una democracia perfecta, pienso, los tres niños en algún momento lo tienen y los mismos tres en algún momento son perseguidos por carecer de él.

Potosí, enero 2010.

domingo, 8 de agosto de 2010

ATENTI

Ojalá lo leas a tiempo.

Thank´s to Una Colmena

domingo, 1 de agosto de 2010

TARDE PERO SEGURO


Y yo también, Celeste y yo también!

Igual, entre nosotros, preferiría con vos.

Boludo, me dicen en el barrio.

miércoles, 28 de julio de 2010

AMOR LÍQUIDO

El sociólogo polaco Zygmunt Bauman continúa con su era líquida pero de análisis espeso. Amor líquido desmenuza y digiere las relaciones sentimentales afectadas por la vorágine del siglo XXI, redefinidas por las tecnologías y la polarización que el sistema capitalista genera. Términos que suplantan los ya establecidos. Conexiones por compromiso, y la nueva solidaridad a cambio de beneficios junto a la elección de amistades como acciones de una bolsa de valores: llena de especulaciones a futuro. En fin, la mera realidad actual, -aunque no nos guste-.

Bauman desnuda a la modernidad y deja pensando al lector que irremediablemente cae en la conclusión de que es uno mas del montón y que se quiera o no, se es cómplice de este circulo cerrado donde el mercado dicta lo que es necesario e impone las condiciones y efectos a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión en nuestras vidas.

Nuevos modelos de consumo que generan la exclusión de todo aquel que adquisitivamente es inferior a los estereotipos actuales y las secuelas sociales que se generan a raíz de esto. El autor avanza con su óptica particular, la de un hombre que ha enseñado filosofía y sociología en las universidades de Varsovia hasta que el Comunismo lo corrió y giró por Estados Unidos, Israel y Canadá decidiéndose por anclar en Inglaterra y mudar su cátedra a la Universidad de Leeds.

Amor líquido analiza los tiempos que corren y aporta al lector una reflexión posible que intenta advertir al individuo sobre las consecuencias y resultados de respirar en el ecosistema capitalista del 2000. Lo demás es cosa tuya. No pediste venir a este mundo pero estas en el baile y tenes que bailar –o no-. Eso sólo depende de vos. Bauman analiza la forma global de las relaciones y la fragilidad de los vínculos humanos, dentro de un mundo globalizado. Consumistas abstenerse. Bancate ese defecto.

jueves, 15 de julio de 2010

PENSAR EN UNO


Daniela se fue enojada por la situación aunque en el fondo la cosa iba contra mí: me dijo que era un egoísta. En realidad maquilló la bronca con una frase común. Recuerdo como si fuera ayer el momento exacto en que la escuché. Se le endureció el mentón porque tuvo que apretar el Beldent entre los molares y disparó: “sólo pensás en vos”. Después, al tiempo que suspiraba, fijó la vista en él dedo índice que golpeaba el filtro del cigarrillo, para hacer caer dentro de la chapita de cerveza las últimas cenizas del Virginia. Me había mudado hace poco y no tenía cenicero.

Traté de decirle que la cosa no era para tanto, que tenía solución. Pero el aire se corto durante algunos segundos con un silencio prolongado y a mí no me salió otra cosa que agarrar las llaves que estaban sobre la mesa para bajar a abrirle. Fue la última vez que la vi. Me quedó patente una imagen: Daniela cruzando Bonpland y yo mirándola detrás del vidrio polarizado del palier. Sus zapatos negros haciendo ruido contra el hormigón caliente de diciembre y la carterita azabache balanceándose de forma histérica sobre el hombro derecho apenas descubierto. Tenía ese vestido verde que le hacía linda cola y dejaba que la bombacha se le marcara en los puntos claves: donde la espalda y la cintura se empiezan a dividir la anatomía, y después más abajo, donde ya no se divide nada porque ya se dividió todo.

Con Daniela cogíamos lindo y de todos los costados. Estábamos de novio hace tiempo. Ella algo más de dos años con un tipo de Adrogué. Yo cerca de cuatro con Florencia. Así que además de lindo y diverso, también garchábamos clandestino. Teníamos piel, porque dejábamos lo común para nuestras parejas y la adrenalina para los miércoles a la noche que era el día en que nos veíamos.

Nos habíamos conocido hace tiempo en un after hour que un amigo en común hizo en su depto de Recoleta. Yo tenía mal aliento, me acerqué a pedirle un chicle y por esas casualidades de la vida, dos horas después mi aliento había pasado de ser malo a inexistente, y el chicle, de mi boca a la mesita de luz de un telo por la calle Conde. Ese día pagó ella y nos dieron la habitación 14. Podría decir muchas cosas de Daniela, pero lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en ella es la palabra “predisposición”. Porque Daniela tenía eso “predisposición para el sexo”. Era fanática, exigente y además innovadora. De esas mujeres que se dejan llevar por el instinto para coger en los lugares más absurdos y que cuando volvés a verla te recuerda lo que hicieron la última vez, con una mezcla de rencor y melancolía. No era una persona atractiva y mucho menos simpática, pero a esas carencias las suplían muy bien sus tetas a las que no hacen falta describirlas porque se definen con la palabra increíble. Daniela tenía unas tetas increíbles.

Ella trabajaba desde hace diez años en un outlet de ropa interior para mujeres que quedaba por la calle Córdoba. Era la mano derecha de la dueña y su persona de confianza. No había hecho grandes méritos para eso. Tenía la suerte de ser la hija de la mejor amiga de la jefa y con eso le bastaba para tener un sueldo más alto que el resto de los empleados, cosa que levantaba recelo y competencia entre sus compañeros de trabajo. Aunque me fumaba su novelita laboral de post garche: lo que decía de ella fulana, lo mal que la miraba mengana, a mí eso nunca me importó demasiado. Sólo me dedicaba a buscarla todos los miércoles por el negocio para de ahí ir a su telo preferido, el de la calle Conde. Teníamos un trato: por honor o algo parecido, a mí no me gustaba ir siempre de arriba y habíamos decidido que cada semana por medio, yo me haga cargo de la salida. Así que los miércoles que me correspondía, ella me pasaba a buscar a mí por placita Almagro y nos internábamos en un telo de Constitución, que era más acorde a lo que mi trabajo como delivery de una pizzería podía bancar. De paso, la variante servía para estimular la mente y al mismo tiempo ventilar nuestra relación.

Si bien la gota que rebalsó el vaso fue cerca de fin de año, creo que lo nuestro empezó a derrumbarse el primer miércoles de julio. Yo pasé a buscarla por el negocio quince minutos antes de lo usual y ella me abrió semidesnuda. Estaba probándose un conjuntito interior de encaje blanco que le calzaba tatuado, con un corpiño que le levantaba las tetas y hacía que la cadenita que su papá le regalo para los 15 se confundiera entre la piel de gallina y los pezones que estaban duros por andar descalza. “No te esperaba antes de las nueve”, dijo. Y fue lo único que le escuché decir esa noche. Nos quedamos imantados entre culotes y portaligas, cogiendo hasta la madrugada con mi cara entre sus gomas, besándoselas frente a la miraba fija de Araceli González y Jésica Cirio en un poster de Caro Cuore. Habíamos probado el dulce.

Cuando terminamos nos quedamos abrazados entre prendas de distintos tonos de negro hasta que se hicieron las seis de la mañana y volví caminando para Almagro. Tenía cada una de las extremidades de mi cuerpo totalmente relajadas y durante todo el jueves sentí cosquilleos por distintos partes que a medida que entraba la noche fueron aumentando su intensidad. Pero los días que siguieron fueron distintos a los anteriores. Desde que frecuentaba “cashual” con Daniela, nunca había tenido tanta ansiedad por verla. Vivía esos días repasando cada uno de los momentos del último miércoles, que se habían grabado en mi cabeza con la misma fuerza que se sellan las mejores escenas de una película preferida.

Algo de místico tenía ese lugar. Las fotos de modelos en bombachas de lycra y corpiños con push up, los maniquíes en baby doll. Todo parecía pensado para estimular en mí un orgasmo eterno. Como quería volver a estar ahí, decidí cancelar el trato que tenía con Daniela y al miércoles siguiente, sin previo aviso la pasé a buscar por el negocio antes de lo estipulado. Ese día, Daniela me atendió con un body rojo y no había terminado de cerrar la puerta que ya la estaba desvistiendo contra la caja registradora. Cogimos de dorapa, pegados al frío de la pared verde agua y al calor de una estufita a kerosene, con sus piernas atenazándome a la altura de la espalda y su boca mordiéndome la cara y el cuello. Era una de sus formas de demostrar que la estaba pasando bien. La otra era regalarme la ropa interior que usábamos para coger.

Como estábamos garchando mejor que antes, de a poco nos fuimos apropiando del lugar y dejando de lado el hotel de la calle Conde y el de Constitución. Fue algo que se dio de forma inconsciente después de la primera vez. Nos gustaba quedarnos toda la noche así, con los corpiños colgados como serpentinas de los estantes de madera y las tangas enroscadas en nuestras cabezas como vinchas. Le poníamos garra a la situación. Al principio no podía reprimir mis ganas de cogerla ni bien la veía. Pero con el tiempo nos tomábamos el trabajo de decorar el ambiente, cosa que me calentaba mucho. Después, cerca de las 6 de la mañana caminaba hasta Córdoba y Medrano para tomarme el 151 y volvía para casa olfateando las distintas prendas que me llevaba de trofeo, hasta que me dormía con la boca abierta, la cabeza pegada a la ventanilla y las tangas en la mano.
A medida que pasaban las semanas, mi colección aumentaba. Tenía un verdadero museo de la ropa interior que escondía en la caja de un televisor viejo los días en que Florencia venía a casa y me veía en la obligación de tirar un cable a tierra. Porque las veces que estaba solo, vivía con las bombachas y corpiños de Daniela desparramados por toda la casa. Del ventilador solían colgar dos portaligas negros y un body violeta. Del picaporte de la puerta del baño un corpiño de encaje negro que se había desgarrado una noche en que tuvimos sexo violento. Y así sucesivamente. Por donde mirara había prendas de mujer. Hasta había suplantado los repasadores por baby dolls y la ballerina por culotes.

Pensaba todo el día en bombachas. Veía colaless por todos lados. Soñaba con corpiños y portaligas que tenían vida propia y me llamaban por mi nombre. De hecho, una vez salí a comer a una parrillita de San Telmo con Florencia y me pasé toda la cena doblando las servilletas de tela hasta convertirlas en tangas y culotes. No sólo las dos que había en nuestra mesa, sino también las que estaban en las mesas vecinas. Las doblaba y las olía con la mirada perdida en algún punto blanco. Al principio, Florencia me miraba y festejaba la ocurrencia con algunas risas pero después se asusto de forma tal que se puso a llorar, sobre todo cuando putié al mozo porque no me traía más servilletas y el dueño nos echó del lugar.
La situación había llegado demasiado lejos y todo terminó de forma abrupta aquel miércoles 16 de diciembre. El factor que desató la debacle fue mi mudanza. Como de costumbre fui a mi encuentro semanal con Daniela en el outlet, aunque esa vez llegué un poco más tarde de las nueve. Había estado todo el día cargando muebles pesados y electrodomésticos porque dejaba mi departamento de Almagro por uno de Villa Crespo, que era más barato aunque menos espacioso. La mudanza había sido un éxito y si bien me había llevado algo más de cinco horas, en un día ya estaba viviendo en mi nuevo monoambiente con agua, luz, y gas instalados. El único detalle negativo –si se quiere ser puntilloso- fue que me olvidé el cenicero en mi depto de Almagro. Salvo eso, todo había resultado a la perfección.

Entonces sucedió. Eran casi las diez cuando Daniela me abrió la puerta del negocio con un baby doll azul eléctrico y yo volví a sentir el mismo cosquilleo de siempre, esta vez subiéndome desde la planta de los pies hasta la punta de la pija. El rally fue inevitable. De todas formas, en todos lados. Por atrás en el baño. Con ella encima mío sobre la alfombra de los vestidores. De parado junto al mostrador. La lujuria llegó al éxtasis tal que sin dudarlo nos travestimos. Daniela se puso mi remera y mi jean y yo me calcé su baby doll. Me quedaba ajustado en todas partes, menos en el pecho. El encaje me hacía transpirar más de la cuenta pero disfrutaba verme en esa situación, con los pelos de las axilas confundidos entre las tiritas y el bretel pellizcándome la espalda. Me gustaba cada tanto relojear uno de los espejos y confirmar en los posters que las modelitos adolescentes seguían de cómplices junto a sus poses pseudo infantiles y porno. Me sacaba que Daniela me gritara al oído que la cogiera como dios mandaba. Que me preguntara si eso era todo lo que tenía para ofrecer. Que me chicaneara diciéndome que parecía que el que tenía diez años más era yo y no ella, y no sé qué otras cosas más.

Garchamos más de tres horas y después del cuarto polvo ya no me acordaba más nada. Tenía una sobredosis de ropa interior con los géneros y colores más impensados. Y así me desmayé, en esa postal, acostado entre bombachas de seda y culotes de algodón. Olfateando el baby doll azul eléctrico con una media sonrisa que dejaba entrever algunos de mis dientes. Caí en un sueño profundo de coma inducido, escuchando voces del más allá, flasheando que las mujeres ya no usaban ropa, ahora salían a la calle con portaligas y vivían todas juntas en distintos barrios porteños que tenían nombres de marcas conocidas dentro del rubro. “Palermo Caro Cuore”, “Belgrano Selú”, “Balvanera Cocot”.
En ese letargo estaba cuando una voz de mujer me volvió a la realidad. Me decían “despertate nene” y yo entre dormido le respondía a Daniela que espere, que otra vez no, que hoy estaba muy cansado para seguir cogiendo hasta cuando se le antojara. Que me perdone.
Pero no me perdonó. O no nos perdonaron. Porque cuando abrí los ojos, Daniela estaba en segundo plano con las manos en la boca, los ojos abiertos y las lágrimas cayéndole por las mejillas coloradas del sexo. Y su jefa con la mano extendida sosteniendo mi pantalón decía “vestite y andate” y después hizo extensiva la orden hacia Daniela agregándole la excepción de que mañana pasara a buscar la liquidación final de su sueldo.

Ese día volvimos en taxi para mi nuevo depto. Estaba un poco triste porque en el apuro, no pude manotear el baby doll. Ambos mantuvimos la mirada fija sobre el respaldar del asiento de adelante y no dijimos ni una palabra. En casa, nos sentamos uno frente al otro. Yo me agarraba la cabeza y Daniela mascaba chicle mientras fumaba sin parar, tirando las cenizas en una chapita de cerveza. El silencio lo rompió ella.

- Esto no da para más.

Aunque sabía que era así. Traté de decirle que ella tenía experiencia y que no iba a pasar mucho tiempo hasta que encuentre un nuevo trabajo. “¿Por qué no aprovechamos esta mañana hermosa y cogemos hasta desmayarnos, Dani? Tengo todo un museo de ropa interior que te queda tatuada”, agregué. Pero se hizo otro silencio, el rostro se le puso tenso y me dijo que yo sólo pensaba en mí. Al rato estaba furiosa cruzando Bonpland con su vestidito verde. Yo me quedé mirándole el culo desde el palier y de a poco la vi perdiéndose entre la gente.

lunes, 28 de junio de 2010

LECHE

"Escribir y callar. Y no regalar la leche".

Made in Esteban Schmidt

Presentación Antología "En celo",
Torquato Tasso, 13 de agosto 2007

domingo, 20 de junio de 2010

SILOGISMO MUNDIALISTA

La fiebre del mundial dura lo que dura dentro de la competencia, la selección de cuya nacionalidad es el espectador.

Una vez ocurrida su eliminación, todo lo que rodea al espectáculo nos es literalmente intolerable.

Incluso esa cancioncita que dice “give me freedom, give me fire”

lunes, 14 de junio de 2010

AROUND THE WORLD

Por alguna razón que en estos momentos de cuesta explicar, me gusta este video y me rompe la cabeza este tema de Daft Punk.

Y hace tiempo que lo tengo dando vueltas en la cabeza como si un robot tecno me dijera lo que tengo que escuchar. Así que si ven a alguien que por la calle se mueve incordiosamente sin auriculares como un idiota. That´s me.

martes, 8 de junio de 2010

WHISKY


Dirección: Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll.
Guión: Juan Pablo Rebella, Pablo Stoll y Gonzalo Delgado Galiana.
Interpretación: Andrés Pazos (Jacobo Köller), Mirella Pascual (Marta), Jorge Bolani (Herman Köller), Ana Katz (Graciela), Daniel Hendler (Martín), Verónica Perrota, Jorge Temponi, Alfonso Tort, Ignacio Mendy.
Año: 2004.
Duración: 94 min.
Género: Comedia dramática.
Producción: Fernando Epstein.
Música: Pequeña Orquesta Reincidentes.
Fotografía: Bárbara Álvarez.
Montaje: Fernando Epstein.
Países: Uruguay, Argentina, Alemania y España

Una persiana que no se arregla, un limón nadando en un te diario, cortes de pelo que pasan inadvertidos y una retórica que no se renueva entre personas que no se renuevan, son las cosas que permanecen haciendo equilibrio en la vida de Jacobo Köller (Andrés Pazos) y su empleada (Mirella Pascual), hasta que una visita -inesperada o no- del hermano de Jacobo: Herman, pone en crisis esa monotonía.

Dueño de la fábrica de medias Köller, Jacobo bifurca el infinito de sus días entre una soledad premeditada y la pérdida de la capacidad de sorpresa y cambio en su vida, que se podría resumir en las siguientes acciones: levantarse temprano, desayunar en un café del barrio, abrir la fábrica, controlar las cuentas de la mini empresa que legó de su familia y volver a su casa.

De repente, la llegada de Herman proveniente de Brasil para asistir a la exhumación de las cenizas de su madre, obliga a Jacobo a pedirle a Marta (su empleada) que conviva con él, bajo la estafa de un matrimonio consolidado que tiene como único fin evadir y -a la vez- afrontar la reaparición de un hermano con el que tiene más diferencias que similitudes.

A partir de ahí, el film pega el vuelco hacia un power trío de actores que se ven obligados a interactuar, primero en las inmediaciones de Montevideo y luego en un hotel de Piriápolis, al que llegan por ocurrencia de Herman, en el marco de una visita que busca reactivar viejas vacaciones familiares ahora extinguidas.

Seguidillas de planos fijos con personajes que salen del foco y vuelven a entrar para dejar en claro esa monotonía tan genuina de las vidas de los protagonistas, como también de los contextos en los que se mueven, Whisky alcanza momentos impagables dentro de la trama, como la escena de la niña cantando en un karaoke, en la que Herman aprovecha para resarcir deudas económicas y morales que aun mantiene con Jacobo por ser éste quien cuidó de su madre en el último tiempo de su vida, o la salida conjunta entre ambos hermanos para ver un partido de fútbol local en Montevideo, donde queda en evidencia dos formas distinta de vivir la vida.

La obra de Juan Rebella y Pablo Stoll -anteriores realizadores de 25 watts- es una de las películas de cabecera que el cine uruguayo le ha ofrecido al mundo y que ha sido premiada en distintos festivales, entre los cuales se pueden enumerar el Iberoamericano de Huelva, donde se llevó el Colón de Oro a la Mejor Película y el Premio a la Mejor Dirección, o el histórico Cannes donde fue reconocida con el galardón FIPRESCI Mirada Original.

lunes, 31 de mayo de 2010

ABRAZALO, VAZQUEZ


Estalla el Luna Park. La rosca de los medios dio resultado y más de 22.000 almas se paran en las butacas para cantar el himno nacional. Si cada uno de ellos se intentara encontrar desde el techo del teatro, no podrían ubicarse nunca porque esto es un verdadero despelote. Un hormiguero de aficionados al box que ahora putean al neoyorquino James Hamilton porque en la primera mano de la contienda buscó pegarle debajo del cinturón al córdobes Vazquez.

Y lo logró. Por eso, Tito escupe el protector bucal y el juez grita "break" metiéndose entre los peleadores, justo antes del momento exacto en que el grone le empezara trabajar el mentón para después dormirlo con el cross de izquierda que tanto lo caracteriza. El as bajo la manga que le dio la seguridad necesaria para viajar hasta Buenos Aires y defender el título mundial de la categoría "Mosca".

- Vas a tener que abrazarlo seguido, Mariano, porque este negro es un hijo de puta, le grita al oído, Carlos, mientras le hunde un hisopo lleno de alcohol en el ojo.

- Pase lo que pase, no me hagas la misma que me hiciste contra Campos en Mejico. No me tires la toalla.

Sonó la campana, Vazquez apoyó los antebrazos en las cuerdas del ring y haciendo fuerza con la columna salió para comerse a Hamilton, no sin antes golpear con fuerza sus guantes de box.

jueves, 27 de mayo de 2010

HOY ESTOY ANARCO

La patria es una palabra que inventaron los jerarcas para mandar a un puñado de pibes a morir en una guerra defendiendo sus intereses que lejos están de ser los del pueblo. Y además, un concepto que en la actualidad la gente se encarga de resignificar frente al televisor cada cuatro años.

Me calenté, la puta madre.

jueves, 20 de mayo de 2010

EL CHE DEL ALTIPLANO


El remake del Che, está en Bolivia y se presenta a las elecciones.

Al menos en apariencia, claro está.

Lo vemos en las remeras, los escuchamos en las canciones, lo tatuamos en la piel, lo colgamos en el cuadrito. Lo votamos en Potosí.

Potosí, enero 2010

sábado, 15 de mayo de 2010

FÓBAL


Si no la hubiera agarrado de sobrepique, no me estaría comiendo el sermón de Felisa y los malbones en fila india, no hubieran sido más que testigos de otro de mis golazos que se clavan junto al primer palo del limonero.

Pero no fue así, y por eso ahora estoy con la rodillas clavadas en la tierra fértil, acomodando uno de los tantos tronquitos que el fóbal hizo juntar cerca del aloe vera que asoma detrás de las cañitas que sostienen esta fábrica de polen.

Y estornudo.

Y mi abuela se ríe.

Y la pelota silba porque una espina se metió entre las costuras de dos gajos de cuero y la hace lentamente perder su redondez.

Mi hermano presiente el genocidio de otro balón. Lo sé porque volvió a abrir el mosquitero de la puerta con la misma rapidez que lo hizo la última vez que le pinché la Tango, no por un aloe, sino por una rosa que fue la mejor de las barreras el día que la cambié de palo y la quise poner contra el tilo.

Pero hoy no fue una mala decisión lo que hizo que nos quedáramos sin pelota. Hoy fue la ansiedad, el no poder tomarme ese segundo de más para enganchar y dejar que el nieto de Beba pase de largo.

Eso y la puta tosudez de mi abuela que no se resigna a levantar este jardín de mierda y poner un campito para los pibes.

martes, 11 de mayo de 2010

ABSURDO ESPIRAL


Desde hace un tiempo muy corto, estoy colaborando con los chicos de Absurdo Espiral en la prensa. Así que los invito a conocerlos.

Hay un modesto blog que nació hace días y que pueden visitar haciendo click acá.


Y este viernes estamos tocando en Colegiales. En la inauguración de un bar. En Alvarez Thomas 1078, a las 22 horas puntual. Gratis.

O sea, yo no, claro. Ellos tocan. Yo les escribo, los difundo y punto.

jueves, 6 de mayo de 2010

EN ESTADO CRÍTICO


Los trabajadores del diario Crítica de la Argentina enfrentan el atropello de una empresa que pretende descargar su crisis en sus espaldas. En los últimos seis meses, primero por la recomposición salarial y después por el elemental derecho a cobrar su salario, realizaron distintas medidas de fuerza y movilizaciones. Durante todo ese tiempo, percibieron el sueldo en cuotas y con una ostensible demora respecto del plazo legal.

El accionista mayoritario del diario es el español Antonio Mata, ex vaciador de Aerolíneas Argentinas, y su socio minoritario es Marcelo Figueiras, dueño de los laboratorios Richmond. Se habían comprometido a regularizar los pagos en abril, pero no lo hicieron. Habiendo comenzado mayo, la empresa aún no saldó los sueldos de marzo. Ante el riesgo de que el diario deje de publicarse y frente a las maniobras de vaciamiento que iniciaron ambos accionistas, decidieron volver al paro y salir a difundir el conflicto, pidiendo la solidaridad de todas y todos para que 180 familias no queden en la calle.


Made in Autobombo

Muchas gracias!

domingo, 2 de mayo de 2010

MAL DE ALTURAS


Qué lejos se ve todo desde acá arriba, Cristina, y que fácil es caer en esa verdad universal de que somos meros puntos en el universo. Hay pocos momentos en que las cosas de la vida no tienen grises y éste sí que es uno de ellos. Sólo hay dos sensaciones en las que se pueden militar a esta altura: o tenés vértigo, o te detenés a reflexionar -sin pensar en el tiempo- sobre las cosas que te atormentan.

Hay que decirlo: da miedo mover el pie y ser testigo de cómo las piedras que alguna vez fueron parte de una roca maciza, resbalan por la pendiente; o paralizar los movimientos y ser testigos de cómo el viento te grita al oído hasta aturdirte. Después de todo, la paradoja del asunto no radica en la inmensidad de estar por encima del resto o ser un par de corajudos que se animaron a subir, sino en que para los que están allá abajo, somos inversamente proporcional de insignificantes.

Una última que se me vino a la cabeza: el destino no es eso que tiene rigor de inmodificable, sino más bien, algo que nos excede. Algo que cuando todo este montón de tierra y viento lo decidan, va a jugar con nosotros, así como un gato lo hace con un ovillo de lana.

En fin, vos sabés, aquella verdad universal: meros puntos en el universo.

- Ay, Roberto que inspirado que te ponen las montañas.

- Como la puta que lo parió, Cristina, como la puta que lo parió.

miércoles, 28 de abril de 2010

PUEDEN VENIR CUANTOS QUIERAN


Viernes 30 de abril, 18 horas

Café Montserrat, San José 524.

Presentación de Antología Poesía y Narrativa Breve "Latinoamérica Escribe" 2009

Participo con tres cuentos:

Milwaukee - Nely - Arbitrariedad.

Hasta entonces.

sábado, 24 de abril de 2010

SUEÑOS, NOSTALGIAS, TRISTEZAS


Este tema me hace acordar al fin de los noventa y al de mi adolescencia. Pero por sobre todas las cosas, me gusta porque deja entrever ese admirable autismo que llevan con ellos los niños, mientras la gente grande se preocupa por cosas de grandes.

Y todo eso en estas dos frases:


domingo, 18 de abril de 2010

FRANCISCO, EL MATE AND THE TITICACA LAKE

El lago más alto del mundo.

El mate más grande del mundo.

Ok, lo sé. Exageré un poquito.

Just a little.
Copacabana, enero 2010

sábado, 10 de abril de 2010

EL INADAPTADO


Año de realización: 2006
Origen: Noruega
Género: Comedia

Dirección: Jens Lien
Guión: Per Schreiner
Interpretes: Trond Fausa Aurvaag, Petronella Barker, Per Schaaning, Birgitte Larsen, Johannes Joner, Ellen Horn
Fotografía: John Christian Rosenlund
Música: Ginge Anvik
Duración: 91 minutos

De personajes programados, vida rutinaria y la domesticación de sueños parece hablar El inadaptado de Jeans Lien. Un film que relata la vida de Andreas, un hombre de 40 años que llega sin saber cómo a una ciudad metódica y castradora en algún lugar remoto de cualquier rincón de este mundo –o no-.


Casa, trabajo, amigos, dinero y pareja son las primeras opciones que se le acercan a este personaje que no tarda en adaptarse y desadaptarse a la rutina cotidiana de sucesos sin capacidad de sorprender a sus sentidos.

La búsqueda motiva a Andreas a fisgonear por los límites de esa pseudo ciudad y es allí donde comprueba la posibilidad del no retorno, hasta que conoce a Hugo y un hueco en la pared que trae olores y recuerdos que encienden la luz de alarma de los vecinos, y que advierten al personaje que otra forma de vivir es posible.

El inadaptado se estrenó en Argentina el 10 de abril del 2008 y combina delirio y situaciones incómodas con una explícita crítica a la sociedad consumista y superficial de estos tiempos. Un hombre que desencaja dentro del tupper que lo encierra y le marca los límites entre los cuales tienen que moverse y respetar a rajatabla para ser alguien, igual a todos los que caminan a su lado. Con escenas psicodélicas que metaforizan el suicidio con el héroe que los adultos quisieron ser de niños pero que asesinan cuando forman parte del juego que el sistema propone. Conformismo y estabilidad frente al miedo de saltar hacia lo desconocido.

Ganadora de varios premios internacionales en los festivales de Cannes, Bruselas, Atenas, Noruega y Amsterdam, Jens Liens, un frustrado músico de rock que a último momento decidió inclinarse al mundo del cine y los comerciales, condensa en una hora y media lo que Rousseau señaló en La Nueva Eloisa, cuando el personaje central de la novela viaja a Paris para llevar adelante una nueva vida y en una carta que le escribe a su novia, le confiesa que todas las cosas de esa ciudad embriagaban sus sentidos pero no llegan a tocar su corazón.

lunes, 5 de abril de 2010

AMIGO PIEDRA


Este temita va para mi amigo Nicolás que la viene remando de clínica en clínica.

Y que -por sobre todas las cosas- me hizo reir mucho este fin de semana.

Para viajar a ese lugar nueeeeevooooo.

Muchas gracias.

sábado, 27 de marzo de 2010

EN EL BORDE WITH CICCO


A Emilio Fernández Cicco le han dicho de todo, que es un antisemita, que es un periodista que sólo pregunta pavadas, que lo quieren cagar a trompadas, que era gay o consumía algún tipo de drogas, que era un estafador. También le juraron no darle nunca más una nota y hacerle juicio. Entrevista con el creador del periodismo Border, un tipo que se hace el loco, pero no come vidrio.

Para ser Superman, necesitas ser Clark Kent

“Venís, nos tomamos un café y te pego una patada en el orto y te volvés”. La oración es un extracto de un mail que Cicco me respondió para concretar la entrevista. A propósito, le respondí que hacía mucho calor para tomar un café, que nos íbamos a recagar a trompadas y que recién ahí me volvía. “Avisame un día antes a qué hora llegás y paso a buscarte por ahí en la bicicleta” concluyó.

De habernos cagado a trompadas, no se quien hubiera ganado. Supongo que él, porque jamás peleé con alguien en mi vida y carezco de ese instinto animal para prevalecer sobre el otro. Aparte, Cicco ya tiene mucha gente que lo odia como para ganarse un enemigo más y no viajaría a Lobos para pelear con nadie. Después de todo, mi objetivo, -al igual que el Border- era conocer cual es la persona que hay detrás de ese personaje.

El hombre en cuestión ahí estaba, paraba detrás de su Musetta despintada y vieja, con anteojos de sol, pescadores, alpargatas negras y una musculosa algo desteñida. Me mira, lo miro, nos saludamos y vamos al bar más próximo que queda sobre una esquina.

“El Border no es un género para ganarse amigos, no es un género que te va a traer cosas buenas, ni vas a lograr que te inviten a fiestas, porque cuando vos contás de verdad lo que te pareció un encuentro, cuando escribís y realmente decís lo que vos percibiste de la otra persona, no sabes si al otro le puede gustar, si le puede caer como el orto, es un salto al vacío y muchos por contar tu punto de vista, se van a enojar y van a pensar que rompiste un código”, explica.

La historia es así. Emilio Fernández Cicco editó en 2006 el libro “Yo fui un porno star y otras crónicas de lujuria y demencia”, un ejemplar que cuenta como éste periodista actuó en una película porno, fue enterrador en un cementerio y entrevistó a diferentes celebridades argentinas y los destrozó con una mirada bastante particular. Por tal motivo, tiene ganado el odio de muchos personajes del ambiente nacional, entre los cuales se destacan: Alejandro Dolina, Damian Szifrón, Mirtha Legrand, Guillermo Andino, Eduardo Duhalde, Gaby Alvarez, Pepe Eliaschev y el fallecido Bernardo Neustadt.

"Lo bueno del Border es que te permite experimentar todo. La idea es siempre buscar quien es el tipo detrás del que vos conocés, vas a ver a Tinelli, a Pettinato y esa figura pública que vos conocés nunca es la real. Entonces, yo trato de descubrir cual es la figura real, quien es el tipo detrás de esa mascara que todo el mundo conoce y siempre es algo bien diferente, si no lo logro descubrir siento que fracasé y si lo logro descubrir está bueno".

"A veces que le descubras ese costado que los tipos no quieren mostrar puede ser que los enoje muchísimo y otras veces no. Hay quienes se lo toman bien y les parece hasta que era necesario.
El ejemplo de Szifrón es muy significativo. Para mí, era una nota muy positiva. Lo único que le criticaba era que el tipo sobre el final de la nota, redujo la propina que le habíamos dejado al mozo del bar donde se hizo la entrevista y el tipo por eso, se brotó. No podía aceptar eso. Para él, yo me fui de código, sin embargo a mi me pareció que eso hablaba de él, no que era garca, si no de que aun encabezando el éxito de mas rating en la tele en el ultimo tiempo, como fue “Los simuladores”, el tipo estaba mirando la monedita, se ve que todavía no le pagaban mucho o que Telefe se llevaba la mayor cantidad de guita. No lo sé”.

¿Qué es una mala nota?

El problema está en donde vos haces foco, generalmente vos haces foco en algo que vos ves que es esencial y que tal vez el tipo no cree que es esencial. Vos le notas un rasgo que lo corta al medio y él te dice: no. Es un problema de miradas, objetivamente vos ves que el tipo es un tarado y de algún modo vos lo contás a través de distintas escenas y de distintas cosas que el dice y el tipo se cree que es Dios y que es inteligente y talentoso y tal vez no lo es. Después te tenés que bancar la respuesta.
Siempre es mas conveniente hablar bien de la persona para que te quiera, si vos decís que tal tipo es un genio, nunca te va a llamar para decir: ¿Che, porque mierda pusiste acá que soy un genio? Ahora si decís que es un boludo si te va a llamar para decirte: ¿porque pusiste eso? Ahí tenés que estar seguro de lo que vos decís
Yo creo que en la universidad te enseñan todo lo que es técnica y oficio pero nadie te enseña a construir una mirada y eso es un trabajo de cada uno, eso lo haces vos con tus libros, con las cosas que viviste. Eso es básico y eso es lo que te diferencia de los demás.
También tenés que saber lo que necesita tu medio, que tenés que informar contarte la vida del tipo, no sólo hacerte el piola y el trasgresor, tenés que cumplir una serie de requisitos. Yo no me empecé a hacer el Border al año que me puse a trabajar, tarde un montón de tiempo, más de quince años y eso es una búsqueda.
A mí siempre me llamó la atención los primeros años que trabajaba en la revista Noticias, que veía a mucha gente que venía de hacer una nota a tal o cual famoso y decía que tal famoso gritaba y puteaba, contaban cosas bárbaras y después a eso no lo decían en la nota, contaban la parte de los famosos que todo el mudo conoce, y yo me decía ¿porqué no contás eso? Y me prometí que el día que mi me toque entrevistar a quien sea, voy a buscar eso que la gente no sabe de la otra persona.
Porque ese es el privilegio del periodista, poder estar sentado con personajes que todos vieron y tener un grado de intimidad, vas a la casa, conocés a la familia, hablas con los amigos. Lo podes contar vos
Si vas a ver a Mick Jagger y si contás al Mick Jagger que todos conocen, ¿para qué vas? Le hubieras mandado las preguntas por mail, por eso, lo importante de construir tu mirada, que sea diferente. Todas esas herramientas te van a ayudar a ver bien a una persona, sacarle la ficha, a través de gestos, de cosas que te cuenta, o las cosas que tiene a su alrededor, eso es afinar la puntería.
Si vos querés quedar bien con el famoso, la nota va a ser una cagada, vas a apoyar la imagen pública, y tu función como periodista no la vas a cumplir.
Con Dolina me pasó algo buenísimo en términos de intimidad, fui a la casa y la idea era hablar de su obsesión por la belleza y la juventud. El lo sabía a eso. En un momento fui a mear y entré al baño y estaba todo lleno de frascos, lleno de gel y de perfumes, parecía el baño de Valeria Maza y era el baño de Dolina. Yo lo conté a eso y el tipo se enojó mucho.
El hecho de estar ahí en la casa me permitió eso, acceder a esa intimidad. Si vos tenés la posibilidad de acceder a todo ese universo tu nota va a ganar en profundidad, va a ser mucho más rica.


Emilio Fernandéz Cicco a hecho carrera. Se inició en la revista Noticias donde fue creciendo de a poco hasta el día que decidió irse, fue editor de la revista Newsweek y renunció, varias de sus crónicas han salido en las revistas Gatopardo y Rolling Stone. Actualmente, exiliado en Lobos, escribe en Hipercrítico y para el diario Crítica de la Argentina

Cuándo decís que tus métodos de entrevista son desde cualquier óptica que se los mire, “desubicados” ¿a qué te referís puntualmente?

A que no le podes poner buen título, a que muchos medios no lo publicarían porque tiene amistad con tal o cual famoso, a que no responde a los cánones del medio. Es desubicado porque no la podes ubicar en ningún lado.
¿Es una entrevista? Sí, es una entrevista, cumple con todas las funciones, pero sin embargo no la podes poner en ningún lado. A mí, en Noticias, los últimos años no sabían que darme, porque ya estaba desubicado para ellos. El periodismo Border es una desubicación porque no responde a nada de lo que ya estaba hecho. Imaginate en Noticias, que un periodista de ellos actúe en una película porno, es una locura. A esa revista la leen la gente de mayor guita, toda la familia, se considera que sus periodistas son impolutos, súper éticos y de golpe que pase esto, es desubicado.

¿Qué es lo que genera que nazca el periodismo Border?

Básicamente el hastío, sentir eso, que muchos de mis compañeros veían cosas interesantes que después no figuraban en los textos. Entonces traté de crear algo, algún genero, algún sistema nuevo que pudiera incorporar mucho mas la mirada del periodista. Para mí, una buena observación vale más que mil datos. Vos podes contarme desde la hora que te levantas, la plata que ganas, sumas cien mil datos y no es lo mismo que si yo te observo bien y te hago una frase realmente observándote, una frase donde te cale bien hondo, que diga vos sos así. Eso vale más que mil datos.
Desde la época de Rodolfo Walsh y más que nada Verbitsky se maneja mucho el dato, la cifra, pero sin embargo, eso no es lo que más profundo que podes decir de una persona, lo más profundo es casi una observación poética que tenés que hacer después de verlo una buena cantidad de tiempo. El Border apunta a eso, a defender la mirada sobre otro tipo de cosas.

¿Cómo manejas los prejuicios que encasillan al Border como tergiversador o sensacionalista?

No me pregunto esas cosas. Mis notas no son sensacionalistas. No descubro un chanchullo buenísimo que me sirva para ganar una tapa, no tienen un gran título mis notas. Generalmente lo que esperan los medios es eso, que tengas un gran título, todo eso no me interesa. No hay abusos de niños, ni una historia increíble, eso en mis notas no está y hay gente que fuerza eso.
Lo que me interesa descubrir, apunta a llegar a ver quien es esa persona que todo el mundo cree conocer. Di Tella, Bredicce, Elena Cruz son algunos de los casos. Con la tele eso no lo podes hacer, porque plantas una cámara y la gente es otra, pero con la entrevista, si.

Cuándo decís destruir a las celebridades, ¿a qué nivel o a qué precio? ¿A ir y hacer foco en lo malo indefectiblemente o en lo que todos no ven?

No es lo malo o lo bueno, es lo real. ¿Quién es ese tipo?, lo tenés a Pettinato sentado acá, de verdad… ¿cómo es? Seguro que no es como la tele, porque ahí esta trabajando, eso es una mascara, es un personaje, pero ¿cómo es de verdad el tipo? es malo, es bueno.
Por ejemplo, yo lo fui a entrevistar a Roberto Giordano que tiene una fama de boludo total. El tipo era re inteligente, la tenía clarísima, sabía inclusive que su personaje daba boludo y que a la gente le gustaba eso. El hecho de que pareciera tontito te puede hacer prejuzgar a una persona y después te terminas llevando una sorpresa para bien. Yo no juzgo a nadie, voy a descubrirlo.
Si lo sentamos acá a Tinelli, Pettinato, Dolina, estoy seguro que te vas a llevar una imagen diferente a la que tenías, ahora si vos vas cargado de preconceptos y lo vas a liquidar, me parece que siempre vas a obtener lo mismo.
Yo voy con las puertas abiertas, el único preconcepto que tengo es que eso que se ve, no es real nunca. Entonces digo, a ver, es mejor persona de lo que se ve, ¿es más boludo?, ¿es más inteligente?
La otra vez tuve un problema con Bernardo Stamateas, porque el tipo no me quería dar notas, porque sabía quien era yo, me había leído y eso me dificultó mucho la negociación. Al final aceptó y le gustó la nota, me llamó para agradecer.

¿Dónde crees que radica el secreto de cada entrevista, eso que te va a permitir sacar algo inesperado de cada entrevistado?

Para mi el secreto es encontrar eso que llamo el detalle llave. Un gesto, un libro, un objeto que tiene en la casa. Eso que te va a permitir acceder al corazón del entrevistado, lo que es de verdad.
Una vez entrevisté a Jimmy Scott, un músico de jazz muy conocido. Lo estaba entrevistando en La Trastienda y de repente el tipo se paró a buscar un cenicero y fue y vino rengueando. Si yo sólo hubiera contado ese detalle, el tipo pasaba por rengo, pero se me ocurrió preguntarle porque rengueaba y me dijo “me apuñaló mi quinta esposa” y ese es un detalle llave, un detalle que si fuera una observación nada mas significaría una cosa, pero la observación sumado al dato te permite entrar al personaje.
Si yo digo que vos fumas y nada más, es una cosa, pero si yo digo que vos sos Lanata y fumas tantos cigarrillos por día y aun siendo el tipo mas inteligente de Argentina no podes dejar el tabaco, ahí es distinto. Te estoy dando una puntada pero con el hilo, la otra puntada es sin el hilo. Eso es un dato llave, una observación que va mas allá de una observación en sí.
Hay veces que lo encontrás y hay veces que no, pero cuando lo encontraste es como que encontraste el eje y eso en la entrevista es fundamental.

Tres de tus pilares periodísticos fueron Hunter Thompson, Robert Fisk y P. J. O´Rourke, ¿Qué rescatas de cada uno de ellos?

O´Rourke era humorista y se convirtió en periodista, el viajaba por todo el mundo, era corresponsal internacional de la Rolling Stone y viajaba a los lugares mas míseros, de mayores guerras y encontraba situaciones grotescas todo el tiempo. Dentro de ese caos, esa confusión, el tipo encontraba como una luz para el absurdo de todo.
Fisk, es un tipo un poco más serio que O´Rourke, cubre todo el tiempo situaciones de guerra y tiene una mirada increíble, por ejemplo, me encantó una nota que hizo del túnel donde estaba Saddam Hussein cuando lo encontraron. A Fisk lo dejaron bajar y hace toda una descripción de ese túnel y de los últimos días de Saddam, que es genial. A nosotros, nos mandan a ese túnel y no vemos nada. Un tipo que todo el tiempo te cuenta la verdad detrás de toda guerra, te cuenta todo el panorama, que tiene una amplitud de mirada buenísima.
Hunter Thompson, lo que tenía era que tiene cosas muy buenas y cosas muy malas donde la pifiaba completamente. Era muy jugado, y eso es lo que más me gusta, un tipo que se la jugaba por completo, pero que a veces la pifiaba, pero cuando la pegaba, era el numero uno. El miraba desde el lugar de la droga, un tipo que chupaba todo el tiempo, y su mirada, la mirada que había construido era esa, si el tipo no hubiera consumido acido hubiera visto otra cosa. Esa es la mirada que el construyó y que es la que a mi me gusta, no es la que yo tengo, pero me gusta porque tiene una personalidad creíble. Lo que pasó es que después no se pudo separar de su personaje y se convirtió en un Charly García, a la larga. Era un tipo que todo el tiempo estaba borracho, todo el tiempo tomaba merca, nunca se pudo separar de eso, y eso le hizo perder la distancia que necesita todo periodista y así fue perdiendo el eje, pero lo que rescato de él, es eso, la personalidad y el desparpajo para contar todo, caiga quien caiga. No le importaba nada.

¿Cuáles son tus límites?

No mentir, no sacar de contexto, no trampear. A Hunter Thompson le pasaba que el periodismo Gonzo no era considerado periodismo, como un género en sí. Estaba considerado más cercano a la ficción porque el tipo inventaba mucho, entonces ahí perdés un pacto con el lector, a mi eso no me pasa. Yo hago heavy.


Suena un celular. No es el mío. Cicco saca un Nokia 1100 hecho pedazos. Habla con una periodista de Crítica. Se para y se retira unos metros más allá de la mesa que compartimos. Sobre una mesa vecina, un grupo de personas lo mira con cierta rareza y comentan algo. Yo los miro de reojo y saco la conclusión de que si hay una persona que no aparenta ser como lo es, es justamente él. El mismo que dice que las celebridades nunca son lo que vemos por televisión. Cicco cumple esa regla a la perfección con la diferencia de que él no es lo que leemos. Un tipo centrado al que cuesta imaginárselo inmerso en la demencia de sus crónicas.
Ya pasaron cuatro cervezas y algo más de una hora y media. Hay otro Cicco que es Emilio. Alguien que escribió anteriormente la biografía de Rodrigo y Cortazar. Dos trabajos de profunda investigación periodística que delatan la semilla del Border. Hay otro Cicco que es padre de una niña de 9 años, que desde hace 7 vive con él, que pasa por su segunda separación. Que reconoce que de chico tuvo cosas que las tendría que haber tenido de grande, que hace budismo zen, que sale a correr por Lobos y que disfruta del folclore y del campo. La persona detrás del personaje.


Una biografía sobre Cortázar implica tener una mirada más seria, ¿qué cosas crees que cambiaron desde esa etapa, desde ese libro a este último? Creo que ahí, en ese trabajo, hay algo de Border, de querer investigar al Cortazar de Bolívar, Mendoza y Chivilcoy y no al Cortazar escritor ¿No?

Ese lo escribí a los 20 años, hace más de 11 años. Era una buena historia, contar ese proceso en el que pasó de ser un tipo desconocido, lampiño, súper tímido a escribir los primeros cuentos de Bestiario y tomar la universidad de Cuyo, con todos los profesores. Esa transformación me parecía que era una historia buenísima, casi cinematográfica. Y lo hablé con otros periodistas y me fui a investigar, a hablar con los alumnos de él, algunos profesores de esa época estaban vivos, veía las pruebas que tomaba, las cosas que preguntaba.
Hice casi toda mi carrera en ese tiempo, porque casi había empezado a trabajar cuando escribí ese libro y fue un esfuerzo muy grande. Hay gente que le lleva mucho mas tiempo escribir un libro periodístico, y eso para mí, estuvo bueno. Yo veo el libro y es digno, eso sí, hoy lo escribiría diferente, pero así estuvo bien.
Lo que tiene el Border, yo creo que en el de Cortazar y en el de Rodrigo todavía no se cumplen, si en estas notas que aparecen acá (“Yo fui un porno star y otras crónicas de lujuria y demencia”) y en las que estoy tratando de hacer ahora. El tema de que si te podes involucrar te involucras, el tema de destruir a las celebridades, de destruir a la imagen pública de esa celebridad, no encontrarle el pelo en el culo al que no lo tiene, sino en destruir la imagen que todos tiene de él.

En una entrevista que te hicieron junto Cucurto para el diario Perfil, decís que te aburren los escritores como Saer, que se toman treinta páginas para describir cómo fuma un hombre. En una columna de Hipercrítico destrozás a Aira porque se ofendió cuando publicaste una entrevista que le hiciste. ¿Tenés una especie de duelo con ellos?

Aira me pareció un tipo raro, demasiado venerado. Gente que está demasiada venerada, que no corresponde con su nivel y su calidad de trabajo, son como incuestionables. Lo mismo pasa con Saer. El laburo del periodista es cuestionar lo que no está cuestionado, ese es tu trabajo.
Si vos realmente crees que tal tipo no merece estar donde está, lo tenés que decir. Es un tipo que para mi no escribe bien, que nunca corrige sus libros, escribe y produce libros como metralleta, publica dos o tres por año, Leí sus libros que estaban considerados como los mejores “La cautiva” y “Los misterios de Rosario” y no me parecieron nada, no apuntaban a nada, pero no es que tenga un duelo personal, solamente le dije lo que me parecía.

Has entrevistado a varios asesinos y a otras personas procesadas por presuntos crímenes. También para contar el ambiente del porno, del boxeo o de la muerte te has puesto en la piel de los protagonistas ¿Cómo te preparas antes de ir hacia ellos?

Es la misma formula, por más que adelante tengas a quien sea. Es buscar quien es en realidad, detrás del asesino puede haber alguien que es muy gracioso, podes tener un tipo muy triste, pero siempre va haber algo nuevo, que no salió en los diarios nunca, ni en la tele. Cuando vos te sentás con alguien siempre descubrís algo nuevo. Yo no se todas las imágenes que vos tendrías de mi, pero seguramente lo que estas descubriendo ahora, no es lo que vos esperabas, para bien o para mal, y así pasa con todos. No importa que sea un asesino, un santo, un famoso o un pobre. Siempre es distinto. Tal vez, el pobre la está pasando muy bien y el rico muy mal. Nunca sabes. Si vas predeterminado a algo, no vas a descubrir nada y lo mejor del periodismo es descubrir.
Eso es lo más maravilloso ir a una película porno y actuar, o enterrar un cuerpo en el cementerio y sentir eso, como te ven los familiares, estas con el uniforme y la gente nunca te mira, vos sos el enterrador y sos la muerte para ellos. Eso lo ves estando ahí, no te lo cuenta nadie. Lo ves viviéndolo.
Yo hablo de la diferencia entre conocimiento y saber. Conocimiento es lo que vos lees en un libro o lo que te cuentan otros y el saber es cuando vos lo vivís. El saber te queda para siempre, pero el conocimiento es prestado, lo leíste en un libro. Ahora cuando vos lo vivís nadie te lo va a discutir y saber es la mayor aspiración del periodista, te da una autoridad para escribir que es maravillosa.
Para ser superman necesitas ser Clark Kent, Superman por si sólo, no sale de Superman. Necesitas una transformación, si no esta eso, te perdés. Si Superman viene a este bar y es Superman con la capa, se toma una cerveza, deja de ser Superman, pierde mucho el valor y si es Clark Kent todo el tiempo es un boludo, un oficinista. Necesitas conservar las dos cosas, la transformación para ir y venir. Yo puedo actuar en una película porno, porque acá soy Clark Kent. Es fundamental eso.
Hago cosas que no son normales. Sólo puedo mirar bien esas cosas que no son normales siendo normal o teniendo una vida más o menos normal. Si yo fuera actor porno todo el tiempo o me iría de orgías todo el tiempo, ir a ver una película porno no me parecería sorprendente, no la podría mirar bien porque estaría metido en eso.
Uno de los puntos del periodismo Border es el sentido de la no pertenencia. Si vos ya te sentís que pertenecés, ya perdés la objetividad. Yo nunca me sentí identificado con nada, por suerte para mi trabajo.
Hay notas donde vos entendés porque disfruta un actor porno o un enterrador, metiéndote en la piel de ellos.
El tema es cuando vos te crees ese personaje, mira Charly, decía “yo no quiero volverme tan loco”, como que el era consciente de que se podía volver loco, o en “De mi”, que decía que “no pienses que estoy loco es solo una manera de actuar”, pero bueno, te volviste loco, en un punto te volviste loco.
Yo lo que creo que esta bueno, siempre es en un punto ser Superman y ser Clark Kent, para ser superman, necesitas a Clark Kent, vos necesitas un grado de normalidad. Yo no estoy loco, hago tal vez cosas muy locas pero tengo un grado de normalidad, que es lo que a mí me salva. Si yo, todo el tiempo vengo acá , me pido un whisky, me ves con minas, no duraría mucho así, y no podría mirar bien porque estoy pegado, en la locura, yo tengo que salir de eso y más siendo periodista.

En tu libro decís que para conocer a fondo a las personas, hay que descubrir las tres áreas donde esta satisface sus bajos instintos. Estamos en un bar, lejos de tu casa, pero supongo que la pregunta vale igual ¿Cómo es tu pieza, tu baño y que tenés en la heladera?

En la heladera prácticamente nada, la cama se la va a llevar mi ex dentro de poco y el baño es muy chico y módico, ni bañera tiene. Estoy alquilando una casa muy chica

¿Cuál sería tu epitafio?


Emilio Fernández Cicco: El hombre que se salió con la suya.


Eran cerca de las 6 de la tarde, el hormigón detrás del ventanal ardía. Necesitaba ir al baño. Lo hice y a la vuelta cuando fui a pagar la cuenta, Cicco ya lo había hecho por mí. Terminó saliéndose con la suya, yo me había llevado una imagen completamente distinta a la que había consumido cuando leí sus crónicas y su libro. Supongo que en las noches de luna llena, cuando cambia la piel y el instinto, se encierra a escribir y es la bestia con el olfato que ve y cuenta lo que otros prefieren esconder. Supongo que así será, aunque no pude conocer ni su casa, ni su baño, ni su heladera.