viernes, 16 de enero de 2009

LAS MALAS PALABRAS




Hay palabras con las cuales no puedo convivir. Las escucho y generan en mí, la misma sensibilidad en los dientes que oír el ruido que provocan dos bloques de tergopol frotándose uno con otro: me irritan. Y tan solo basta pensar en ellas, para que un súbito escalofrío recorra a velocidad luz el diámetro de mi tórax.

Es más fuerte que yo, las leo y experimento la vieja sensación vivida por Carlos Alberto García Lange, cuando a los cuatro años de edad escuchó que la guitarra del maestro Eduardo Falú, tenía una cuerda desafinada que perturbaba sus orejas, y descubrió –para sorpresa de propios y ajenos- que tenía oído absoluto. La nota que desafinaba era La. Las palabras que no puedo tolerar dentro de un texto son: prisionera, hechicera y todos sus derivados. Me parecen propias de una letra inspirada en una canción del grupo mejicano Maná y en consecuencia, me empalagan y me dejan zumbando los oídos.

Hay una cuestión de fondo, no obstante, que merece ser desentramada y que surge como causa y efecto de la importación de grupos y solistas que desde América Central invaden el mercado nacional y llenan estadios de futbol, auspiciados bajo la marca de cualquier telefonía celular y la exclusividad para algún canal de aire o cualquier incordiosa FM porteña de hits latinoamericanos.

Es otra de las catástrofes que luego del hambre, la pobreza, la desocupación, la polarización de la riqueza y la explotación del hombre por el hombre nos aportó la globalización. Cuando el gen europeo se entrometió en América Latina nos dejó la matanza indiscriminada de los indios nativos que poblaban este suelo, la esclavitud, millones de pestes, lepra, enfermedades venéreas y hasta caries. Hoy, los efectos póstumos de la guerra fría nos dicen que a todo lo anterior, se le suma la insoportable carga emocional de tener que saber que por el resto de nuestras vidas, vamos a tener que soportar a Chayanne, Arjona y Juanes, entre otras miasmas.

La Proclama insurreccional de la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz del 16 de Julio de 1809 citada por Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina, persiste en el siglo XXI con tanta o más fuerza que ayer: “Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”.
En efecto, presenciamos la banalización de la cultura y la domesticación de nuestros oídos, cuyo signo más frecuente y evidente es la impostergable necesidad de convivir con el televisor de fondo postrado en Muchmusic o el tarareo inconsciente de algún estribillo nefasto. Eso, claro está, hasta la hora que llegue Bailando por un Sueño o El Muro de Marley.

Estamos frente al apocalipsis del rock con un sentido y una dirección. Atrás quedaron las discusiones entre Los redonditos de Ricota y Soda Stereo, en cuanto a la forma de encarar las letras en la construcción de una cultura rock que se encontraba frente a la reapertura democrática, atrás quedó Gieco huyendo despavorido de la persecución militar, atrás quedó la acidez de Solari y Charly se está recuperando en la quinta de Palito Ortega en Lujan.

Pero para juzgar, es necesario que tengamos un acercamiento más acorde a nuestro objeto de estudio. Elegí hoy, por ejemplo, una letra al azar de Ricardo Arjona y me propuse llevar adelante un pseudo análisis de su discurso. La canción se llama “De vez en mes”. Observemos:

“De vez en mes con tu acuarela,
Pintas jirones de ciruelas,
Que van a dar hasta el colchón”
La letra más adelante continúa de esta forma:
“De vez en mes un detergente,
Se roba el arte intermitente,
De tu vientre y su creación”


El autor apela al ciclo menstrual femenino con un coctel peligroso de sustantivos y sintagmas bastante particular. Sabido es que el 90 % del publico de Arjona se construye del sexo femenino y del 10 % restante, un 7% son hombres en vías de declaración hacia alguna mujer o con ganas de; y el 3% que sobra se reparten entre homosexuales y bisexuales. No me juzguen, soy tan creíble como el Indec.

Ahora bien, tamaña conjugación de palabras me parece un exceso de melosidad por demás empalagante del cual, hasta la más feminista de todas sus groupies debería repudiar. La mayoría del sexo femenino está creído que cualquier estrofa de Arjona es una epopeya de artilugios prismáticos incomparables, que reivindican la figura de la mujer. Ricardo lo sabe muy bien y en consecuencia explota su morfología y con ella, su impunidad. Mujeres: les están tomando el pelo. Es necesario ponerle un freno a todo esto porque no se sabe hasta donde, este tipo de personas pueden llegar en un futuro.

Pasemos a algo menos implícito pero igualmente horroroso. El ejemplo de Mana es imperdible:

“¡Ay! Qué bonitos ojos,
¡Ay! Qué bonita boca,
Es una hechicera
Una seductora
Es una hechicera
Una seductora
¡Ay! Qué bonitos ojos
¡Ay! Qué bonita boca
¡Ay! Soy su prisionero
Y me reviento en deseo”.

Los mejicanos, en cambio, emplean al abuso de la onomatopeya y a la incesante repetición de las palabras “seductora”, “hechicera” y “prisionero” y ya está: ahí sale despedido el hit.
Acerca de esto, solo tengo para decir que cualquier puto parecido con Pomelo, el personaje estrella de rock que Capusotto encarna en su programa, es mera coincidencia. Comentarios huelgan. Hay veces en las que es mejor no decir nada y otras en la que ya no hay más nada para decir. Creo estar frente a ese tipo de situación. Al igual que la Jelinek, lo dejo a tu criterio.

Resignado, volví a olfatear una serie de libros apilados que tengo en la pieza y para fortuna y sosiego de mi mente, encontré un libro de poesías de Bukowsky que devoré en minutos. A propósito de ello, me pareció interesante citar una de ellas. Se titula “Confesión”:

Esperando la muerte,
Como un gato
que va a saltar sobre
la cama.
Me da tanta pena mi mujer.
Ella verá este cuerpo
blanco, rígido.
Lo zarandeará una vez,
Y luego quizás otra:
Hank!
Hank no responderá.
No es mi muerte lo que
me preocupa, es mi mujer
que se quedará con este
montón de nada.
Quiero que sepa,
sin embargo,
que todas las noches
que he dormido a su lado,
incluso las discusiones
más inútiles.
Siempre fueron
algo espléndido.
Y esas difíciles
Palabras
Que siempre temí
decir,
Pueden decirse
ahora:
Te amo.


Bukowsky nunca llevó una vida ordenada, nunca encabezó ningún recital o conferencia bajo la exclusividad de algún canal o la promoción de alguna compañía de teléfono celular. Nunca se peinó, nunca se arregló. Fue alcohólico y drogadicto. Se levantó mil veces hecho un asco, nunca supo de horarios y gimnasio, nunca obedeció ninguna regla y además nunca le escribió a la menstruación. Con una lata de cerveza, en diez minutos podía decir lo mismo que Arjona y Mana nos dicen en toda su discografía.

Tarde en la noche, hacía zapping y encontré en Crónica –sí, en Crónica- una conferencia de lingüistas de hace algunos años atrás. Entre una serie de exponentes, estaba el negro Fontanarrosa, quien casualmente al momento de mi exploración televisiva detentaba la palabra. Fontanarrosa pedía una amnistía para las malas palabras y exigía una redefinición de todas aquellas palabras que hasta ese momento se rotulaban como malas. Luego de su exposición, el plenario quedó a sus pies.

Caí en la conclusión de que el negro salió bien parado otra vez. Entonces, obnubilado por la capacidad de exposición de Roberto, me doy cuenta que una leve sonrisa se dibuja en mi cara y que hace cierto lapso de tiempo que no parpadeo. Es eso, me digo. Fontanarrosa tiene razón. Ojala vuelvan los escritores como él y Bukowsky, los escritores sin horarios, sin gimnasio, bocones, despreocupados, caraduras. No esta manga de abstractos que se panfletean en la FM 100, Hit o Disney, promoviendo la liturgia de la banalidad y esperando que la masa abarrote las góndolas de Musimundo comprando su última pedorrada.

Esos escritores al igual que Luca, se iba a tomar una ginebra con gente despierta o cenaba en la mesa de los galanes. Imagino el paraíso como una gran mesa de bar, en la que personajes de este vuelo intelectual y capacidad de observación se hagan cargo de las conferencias de lingüística y llenen las tapas de los diarios. Lo demás puede esperar.

7 comentarios:

caléndula dijo...

el cielo es una mesa llena de intelectuales?!




cagué




y bueno, por suerte soy atea...

Anónimo dijo...

Flaco que tenes contra Arjona?

Anónimo dijo...

Siguiendo con la línea de las malas palabras, en el sentido en que aparecen el Las flores del mal, acá te mando algunas, mis preferidas, mucha poesía, poca miel:
"Las palabras fueron avispas
y las calles como dunas
cuando aún te espero llegar...
...en un ataud guardo tu tacto
y una corona con tu pelo enmarañado
queriendo encontrar un arco iris infinito...
... no sé distinguir entre besos y raíces, no sé distinguir lo complicado de lo simple..."
Seguramente ya lo conoces, de todos modos siempre hay más... cuando encuentre otras te mando...

Germán Uriarte dijo...

Sofi: Si. Intelectuales pero no te asustes, son alternativos. Yo tb soy ateo, pero sólo con Dios.

Anónimo 1: Contra Arjona, basicamente lo que lees. Creo que el anónimo 2 lo pudo resumir mejor: mucha poesia, poca miel. Muchos ruido y pocas nueces y una melosidad que empalaga, por sobre todas las cosas.

Anónimo 2: Pobre Bunbury... pero con eso de "en un ataud guardo tu tacto y una corona con tu pelo enmarañado
queriendo encontrar un arco iris infinito" no podía zafar...
Comparto la opinión.

Hey anónimos... dejen sus nombres, me gustaría saber con quienes hablo.

Espero más...
Say no more!

Blonda dijo...

Me encantó tu entrada.Coincido muchísimo con lo de Arjona,y creo que lo resumiste muy bien al decir que Bukowsky podía decir en 10 minutos lo mismo que Arjona y Maná en su discografía, y hasta arriesgo que te quedaste corto...

me encantó tu blog, suerte que pasaste por el mío así pude descubrirte.
Que se repita, besos.

ID dijo...

Si señor, tienes razón en eso..
y en todo maldita seas!
voy a tirar todos mis discos de arjona, sin dolor...
y me volveré poeta...!
-el mundo ha vivido equivocado, ruleta!
el párrafo del detergente, me deprimió...

Anónimo dijo...

ok, ok....estamos de acuerdo con lo de arjona y mana(entre otros!)...pero Bukowski a veces tambien lastima...Lee:
"...y nadie encuentra al otro
pero siguen
buscando
de cama
en cama,
la carne cubre
el hueso y la
carne busca algo más carne.
no hay ninguna posibilidad:
estamos todos atrapados
por un destino
singular.
nadie encuentra jamás al otro"...

Acaso no te duelen estas palabras??
no son "malas palabras" todas ellas, arbitrariamente juntas??

A Mana y Arjona los quito con un STOP....Bukowki ya se clavo en mi animno...


ups!me excedi para el 1º comentario, creo..ja

besos!!(me encanta leerte..)