domingo, 19 de julio de 2009

ANARQUISTAS DEL AMOR (4º Parte)

Cuevas:

Usted es un anarquista. Tenga cuidado con el consumo desmedido de alcohol que creo a esta altura, incrementó considerablemente la propagación de palabras sin sustento teórico y mucho menos, fundamento práctico. En la calle las llaman “boludeces”.

Además, y por otra parte, no quiero imaginar la cara que pondrían estos pensadores al ver con la desfachatez que usted los utiliza para ejemplificar una realidad que nada tiene que ver con lo que ellos conceptualizaron. Le pido un favor: no ponga palabras en la boca de nadie, mucho menos de filósofos de excelente reputación y reconocimiento. De esta manera se ahorraría papelones entre los cenáculos intelectuales que usted frecuenta.

En cuanto a su calificación de la nada como a aquellas aplicaciones que yo le hice sobre su estado, sepa que no puedo evitar esbozar cierto gesto de desagrado con sus principios. Después de todo, le estoy dando una mano que le permita enfrentar semejante panorama y yo no tengo la culpa de ser feliz y correspondido amorosamente.

Aun así, sería poco caballero de mi parte no entender lo triste de su situación y dejarlo sólo y a la deriva con lecturas inapropiadas y parciales de la realidad. Mi estirpe y mi estilo me exigen corregirlo.

Para empezar y no mezclar las cosas, le daré una de los conceptos claves para entender el por qué su novia actuó como actuó. Básicamente, usted no lo ve porque no puede abstraerse de su situación, no puede tomar distancia del hecho que tanto lo perturba y angustia.

La palabra “nada” que usted tomó para descalificar es la respuesta a todo y la que yo voy a tomar como carozo de este asunto. Y si como bien dijo usted “las cosas tienen movimiento”, entonces es indefectible pensar que lo que hoy se sostiene, mañana se deje caer. Por ende, si usted hubiese efectuado una lectura menos combativa de Sartre, se daría cuenta de que entre el tiempo pasado y el presente hay nada y lo que separa a este del futuro, es la misma cosa. O sea, nada por aquí, nada por allá.

Nada me asegura que un jugador compulsivo que prometió no volver a jugar en su vida, mantenga la misma decisión cuando el día de mañana vuelva a pasar por la puerta del casino. Entonces Cuevas, afrontemos la realidad y no la esquivemos, su novia ayer pensaba una cosa y hoy mantiene otra que seguramente mutará en otra con el debido paso del tiempo. No obstante, entiendo su angustia y su desengaño que son inseparables de estos procesos y que llevaran un tiempo considerable en digerir.

Le aconsejo –prudentemente- no mentirse a uno mismo porque de ese modo usted está actuando de mala fe e incurriendo en otros de los errores que Sartre advirtió.

En cuanto a Descartes, voy a tratar de ser lo más puntual y punzante que pueda. Si usted tanto se jactó de pensar para luego existir, si usted afirma a rajatabla que intuye y no deduce como hago yo, si usted capta inmediatamente la realidad cosa que yo parezco no hacer, entonces, debería haber advertido hace tiempo que su novia lo engañaba. Es evidente que usted se dejó guiar por su subjetivismo, y eso Descartes nunca se lo perdonaría. Usted Cuevas, es políticamente incorrecto.

Los sentidos nos engañan Cuevas, a usted se le pasó eso. Pequeño detalle elemental: a Descartes no.

Por otra parte y en pos de abrir su espectro filosófico que parece estar bastante percudido, le recomiendo leer a Hume. Es contradictorio que se lo nombre, porque el tipo confiaba en los sentidos y no así en la razón. Pero créame que es necesario tenerlo en cuenta.

Si lo hubiese hecho, desde mi humilde punto de vista, se habría evitado varios dolores de cabeza, ya que hubiese contemplado la posibilidad de que las impresiones sean más fuertes que las ideas. En consecuencia, usted no habría sido tan impulsivo a la hora de inmiscuirse en relaciones amorosas, porque hubiese tomado el recaudo necesario y actuado con precaución esperando que la idea que usted forjó de su novia sea confirmada por una impresión correspondiente. Hay veces en la que no se puede conocer lo que está más allá de la experiencia, ¿sabe?

Una cosa es tener la impresión de una buena mujer y otra muy diferente es la huella que confirma que eso que uno cree es así. Mi excelente estado matrimonial es el mejor de los ejemplos. Permítame ahora si, degustar el licor de la victoria con un soberbio “Jaque mate”

Lo saluda victorioso y danzante, un superlativo Watson.

Nota: Quizás con un Malbec sus consideraciones cambien por completo.

Nota 1: Métase la ética en el orto.

Nota 2: Seguramente usted es Menottista.

2 comentarios:

ID dijo...

Watson me hace acordar a alguien...
si Dionisio es el Dios del Vino, vos Germán sos el Héroe del Whisky.
Dame más!
posdata: anarquistas del amor es un excelente título
posdata de posdata: ahora digo por qué: el anarquismo es egoísta, mal que pese. El amor, también. Más allá de tantos aciertos que tienen ambos sentimientos, etcétera, etcétera. Hay en el título una relación entre ambos términos que por cierto, son muy interesantes.
Seguiremos peleando por los títulos en la sobremesa. eh!
espero más carta/contracarta. pero ya tengo un preferido...

Pichi Mahuida dijo...

Watson, venía bien a qué esa conclusión de tipo...proctológico?
Deále sostenga el discurso...! :)