martes, 30 de junio de 2009

ANARQUISTAS DEL AMOR (2° Parte)

Querido “Beto” Cuevas:

Sepa usted, antes que nada, que mi acefalía epistolar se debe a que he estado ausente de casa este último mes. No es mi intención traerle malos recuerdos pero he pasado las mejores vacaciones de mi vida junto a (valga la redundancia) la mujer de mi vida.

Afortunadamente, un hombre seguro de su suerte no tiene que revisar celulares ajenos, ni llevarse sorpresas ingratas dignas de encuentros extramaritales del tercer tipo. No es mi caso.

Ahora bien, si me disculpa, tengo un par de críticas que hacerle. La primera de ellas es una acción que debe dejar de contemplar. Me refiero al Máuser en su cajón, sabido es que los suicidios son una solución permanente a un problema temporal.

El término “solución permanente” es sin dudas seductor, pero sepa también que ese permanente lleva implícito un sin retorno que deriva en la no existencia. Es decir, usted cesaría de respirar, moriría. Un final trágico sin dudas, sobre todo si tenemos en cuenta que no va a poder completar la lista de personas a asesinar y su ex mujer saldrá impune de tamaño crimen.

Le dejo mi primer mensaje: Transgreda las pautas, muera por su causa.

Con respecto a sus lecturas filosóficas debo advertirle que no son completas, o al menos, son irrisorias.

No se ofenda, pero acusar a Thales de Mileto no sólo es un acto primitivo sino también limitado. Sepa usted que Thales era un filosofo presocrático, es decir, que está pagando los platos rotos alguien que dejo de existir mas o menos 560 años antes de Cristo y usted es de la época de los celulares y la Internet.

Si bien, Thales fue el primero en dar respuestas racionales a los problemas, también es cierto que estos problemas estaban más vinculados con la geometría y no con las tragedias de la vida humana. Por otra parte, cabría destacar que fue más conocido como astrónomo que como filósofo en sí.

Si volvemos a su pensamiento, es de conocimiento público que en el amor no hay lógica, por lo que amoldar un sufrimiento emocional a concepciones derivadas de un genio astronómico sería como pretender que un chapista explicara la teoría de la relatividad.

Es verdad, que al igual que Pitágoras, Thales se preguntaba por la realidad y estaba sorprendido por las regularidades que había en el mundo; pero sepa también que esos pensamientos evolucionaron y se han llegado a mejores conclusiones (sin desmerecer éstas).

Han aparecido hombres como Sócrates, conocido como el maestro por excelencia, un filósofo que creía en el conocimiento de la verdad objetiva e incluso que se ha tenido que pelear con los Sofistas que al contrario de su pensamiento, relativizaban la verdad.

Sino, consulte por Platón que escribió diálogos donde Sócrates (su maestro) hablaba con los sofistas. Un adelantado.

Ni hablemos de Aristóteles, discípulo de Platón hasta que se cansó. Se preguntaba cual era el fin de la vida humana y logró deducir que la realidad estaba confrontada por dos mundos: El sensible, donde todo cambia y el de las ideas donde reina lo inmutable.

Con lo cual, ya le puedo adelantar que quizás por este lado estaría la explicación a lo que le esta pasando. No se alarme, pero el secreto del fracaso en las parejas radica en que después de un determinado tiempo, la mujer quiere que el hombre cambie y el hombre quiere que la mujer no cambie jamás, que vuelva a ser la misma que conoció.

Llamativamente, los resultados son inversamente proporcionales a los que se esperaban, sucede una especie de eclipse porque la mujer es la que cambia y el hombre tiende siempre a ser el mismo.

Con respecto a su apreciación Nietzscheana, sepa que ésta es irrisoria porque la visión que Nietzsche propone no es tan negativa como la suya. Si lo hubiese leído con detenimiento y absteniéndose de los Martinis, se daría cuenta que está manejando conceptos erróneos.

Según Nietzsche, el ser humano está determinado por dos fuerzas regidas por los dioses de la apología: Apolo y Dionisio. Apolo, es el dios de la armonía, del equilibrio, Dionisio, el dios del vino, de la exhuberancia, de lo exótico.

Ambas fuerzas son igualmente importantes, están en nosotros y no debemos negarlas. Por ende, me extraña que creyera en la fidelidad absoluta, sabiendo que las personas conviven con dos personalidades distintas dentro suyo ¿O usted nunca pensó en engañarla? Sepa que si me dice que sólo Apolo rige su conciencia, esto es poco serio.

Por otra parte y volviendo a Nietzsche, éste aboga por sacar la autenticidad, es decir, recuperar la visión dionisiaca para crear lo nuevo, que es la cosa nunca vista, o sea, romper con la monotonía de la historia.

Desde mi humildad, yo creo que eso es lo que usted necesita, componer sus valores, lo que usted quiere para sí. Lo que Nietzsche llamaría un verdadero acto de libertad, Cuevas.

Recuerde que el pastor de Zaratustra logro ver la luz al final del túnel.

Sin más por ahora, y a la espera de buenas noticias le deja sus saludos cordiales, Watson.

Nota: En caso de que decida terminar con su vida, le suplico tenga la atención de regalarme su colección de discos de jazz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La mayoria de nuestras equivocaciones en la vida nacen de que cuando debemos pensar, sentimos, y cuando debemos sentir, pensamos...